En los arrecifes
profundos de ese océano
circunciso
de los silencios...
denostada la piel
en las inmensas cavernas
descarnadas
de la miseria...
escariada la sonrisa
en los recónditos zaguanes
deshilachados
de la costumbre...
en esos arrecifes
huérfanos de inquietud
resquebrajados
de los tedios...
desafinado el orgullo
en los sesgos
deshidratados
de la insatisfacción...
desnutrida la mirada
en los insípidos reflejos
traslúcidos
de los ensueños...
es en esos arrecifes
endiosados del piélago
desecado
de los humores...
es ahí donde
abandono mi disfraz
ajado
y me convierto en hombre
profundos de ese océano
circunciso
de los silencios...
denostada la piel
en las inmensas cavernas
descarnadas
de la miseria...
escariada la sonrisa
en los recónditos zaguanes
deshilachados
de la costumbre...
en esos arrecifes
huérfanos de inquietud
resquebrajados
de los tedios...
desafinado el orgullo
en los sesgos
deshidratados
de la insatisfacción...
desnutrida la mirada
en los insípidos reflejos
traslúcidos
de los ensueños...
es en esos arrecifes
endiosados del piélago
desecado
de los humores...
es ahí donde
abandono mi disfraz
ajado
y me convierto en hombre
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Que bonito Fran, que bonito poema, arrastramos silencios, costumbres para lograr en un momernto dado ser hombres y mujeres sin disfraces
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Ana
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