Una
copa de champán
erupciona
burbujas
de
indiferente alcohol
entre
los labios de la resaca
y
la costumbre
Un
tenue seísmo
amanece
entre los dedos
de
la indigente
somnolencia
del fracaso
redundado
Un
aliento afónico
regurgita
sabores de ayer
en
el paladar enlutado
de
un cielo desvanecido
y
harapiento
Un
hombre solitario
mira
el reflejo inexistente
al
otro lado del espejo
y
no comprende
quién
le robó su mirada
Ya
no hay burbujas,
sólo
cristales rotos
y
un aroma a alcohol
en
la pituitaria
de
la insensible rutina
y una copa vacía
sobrevive
en la memoria
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón