Aletea
frenética
una
libélula solitaria
en
torno a las diáfanas
gotas
de vida
del
arroyuelo otoñal
Un
exiguo rumor
de
silbidos y brisas
se
desvanece
en
el silencio
del
paraje
huraño
del tiempo
Ráfagas
de un sol
jadeante
y medroso
requiebran
las sombras
de
la hojarasca
incipiente
Un
estruendo
resuena
en el horizonte
dinamitando
la
quietud de una tarde
descalza
de razones
La
aterrada libélula
abandona
la tangible
protección
del vuelo
en
busca
de
un resuello
incombustible
y perenne
en
sus pupilas
Mas
la inquebrantable
avaricia
depredadora
de
una lengua viscosa
descoyunta
el
soporte del futuro
a
lomos de un hoy
desalmado
e insaciable
…
ya no resuena
el
revoloteo nervioso
sobre
el cauce
del
riachuelo
…ya
su reminiscencia
se
ahoga
en
las tinieblas
de
la noche…
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
Es muy bueno, Fran, de mis preferidos del Alambique. Me gusta mucho el misterio en el final. Abrazos, amigo.
ResponderEliminarGracias, Marcos, un abrazo muy fuerte!
Eliminartoda una escena envuelta en caos,
ResponderEliminaro bien en la realidad metafórica de la vida
saludos
En el principio sólo existía el caos... un abrazo, Omar!
EliminarDe repente apareces tu,el del tiempo sin tiempo,cientos de palabras aglutinadas en los sentimientos ,y las desbordas en hermosos poemas .Bravo poeta ,gracias besos.
ResponderEliminarGracias, Lidia, un lujo tus palabras, besos!
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