Abandono
las sombras
que,
maternales,
ampararon
mi tristeza
tantas
noches insomnes
merodeo
por el claroscuro
camino
que
me lleva
sin
destino preconcebido
a
la deriva
destierro
soledades
enquistadas
en la piel
de
mi rutina
hipoteco
mañanas
nonatos
encubiertos
de avales
de
incertidumbre
en
la financiera
del
silente futuro
y
se extingue la noche
en
el preludio
de
mi suerte…
ya no hay sombras
maternales
en la comisura de mi
vida
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados
Nos refugiamos en las sombras maternales, como teniendo miedo de lo que habrá al otro lado, pero la vida nos impulsa hacia otros derroteros:
ResponderEliminar¡¡Hay que continuar!!.
Muy bonito tu verso, un abrazo
Pilar
Gracias, Mª Pilar, un abrazo
EliminarLas sombras maternales en momentos de tristeza te amparan en silencio, como una madre velando por su hijo
ResponderEliminaraunque el camino sea incierto has de encontrar el tuyo, sigue la línea recta has de llegar , sentirás la paz
que hoy te falta.
Las madres siempre están poeta,
bello poema, besos amigo.
kika.
Gracias, Kika, un beso grande
EliminarSensación de desamparo la que envuelve la voz de este poema. Estupendo, Fran. Un abrazo.
ResponderEliminarDesamparo total, gracias, Marcos, querido amigo. Un abrazo.
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