Cierro
mis ojos y me sumerjo
en
la profundidad de tu mirada,
humedezco
los poros de mi piel
con
gotas del rocío de tu saliva,
abanico
los pudores y los miedos
con
la brisa que emerge
del
volcán de tu sonrisa…
…
y me siento vivo
Camino
lentamente por la senda
dibujada
con las huellas de tus pasos,
respiro
los aromas de tu sombra
en
cada rincón que albergó tu cuerpo,
susurro
un poema de silencios
en
el lienzo del hueco de tu ausencia
con
la rima de tu recuerdo…
…
y me siento vivo
Y
me siento vivo cada instante
compartido,
cada segundo eterno
en
la distancia es un puñal
clavado
en mi memoria,
mas
cada momento que transcurre
con
el sabor de tu tacto
acariciando
mis dedos…
…
¡me siento tan vivo!
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados
Hermoso y enérgico poema, Fran.
ResponderEliminarHas conseguido que en esta tarde lánguida de domingo yo también ¡me sienta tan viva!
Gracias por ello.
Un abrazo
Gracias a ti, María José, es un lujo para mí recibir tu visita y leer tus palabras. Un abrazo.
EliminarLa vida nos trae sabores amargos, es como la caja de pandora nunca se sabe que hay dentro de ella,
ResponderEliminarun día sin pensar la abres cambia tu vida, está vacía, te sientes en la nada, duele mucho.Los recuerdos
van enterrándose muy lentamente, los segundos se hacen horas, el tiempo es un tirano, para morir es
breve, para el olvido es lento,...lo importante es sentirse vivo.
Triste poema,... viniendo de tu pluma es hermoso.
No está escrito como poema triste, pero si tú lo interpretas así... Para mí es todo lo contrario. Un beso, Kika.
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