Quemaste
tus alas,
olvidaste
tus aires de hombre libre
en
el andén
de
las prisas y la mentira
y
tus muñones alados
son
la cicatriz de la costumbre.
Renegaste
de tu sombra,
huiste
a los labios de la suerte
en
la plétora
de
la razón y los miedos
y
el hueco de tu ausencia
lo
cubre un hálito de lucidez.
Ahora
ya no vuelas,
reptas
por la vida a través de la intemperie
y
tu piel,
antaño
sincera,
le
miente a tus sentidos,
ahora
ya no piensas,
te
deslizan por la rutina consentida
y
tu ego
se
emancipa sin remite,
absorto
en un nosotros deshumanizado,
mañana,
esas
alas quemadas
se
subastarán en el destierro
del
individuo
a
golpes de sociedad
y
este verso,
ese
mañana de herrumbre,
morirá
vacío
de rimas
y
ahogado en indiferencia.
"En la caída 2.0"
Fran Picón
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