en el silencio de la noche,
apaciblemente, sin prisa,
y me encuentro con tu cuerpo.
A veces mis manos
arrullan los confines
de tu cintura
al abrigo de mi aliento.
Buceo por tu vientre
perfilando mi deseo
en los pliegues
de tu íntima sonrisa
esa sonrisa de labios
sonrosados
en la comisura de tus piernas.
Cabalgo entre los montes
que circundan
los tañidos sostenidos
en al areola de tu resuello
esa brisa incandescente
que emerge del cielo
de tu boca entreabierta.
Y es entonces
cuando me siento hombre,
es entonces
cuando cobra sentido
el sabor de mis labios
pronunciando tu nombre
y, a veces,
con el reflejo de tus ojos
en mi silencio...
a veces, me siento feliz
De "Versos prohibidos"
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
El poder del hombre siendo hombre en el cuerpo de la mujer que espera y ama.
ResponderEliminarEl poder de la mujer, siendo mujer en su propio cuerpo, mientras ama y es amada... Un beso, Beatriz, gracias por tus palabras y tu visita
ResponderEliminarBonito poema, que se recrea en imágenes de pasión y de ternura a la par, el amor hace crecer cualquier momento por eso a veces incluso se puede ser feliz, solo a veces.
ResponderEliminarUn beso Fran
A veces, y sólo a veces, la suerte te depara un grupo de amigos maravilloso, gracias, Ana, besos
ResponderEliminar¡ Bravo !
ResponderEliminarGracias, Miguel Ángel, un abrazo enorme!
ResponderEliminarExcelente verso, de un erotísmo bien entendido y, de tremenda belleza.
ResponderEliminarufff...
ResponderEliminarQue gran erotismo en tus versos, donde relatan el momento dónde dos son uno y la palabra amor alcanza posiblemente uno de sus momentos culminantes.
ResponderEliminarFeliz Año Fran.
Gracias, Layla, Dejé de Soñar, Acróbata, es un lujo recibiros y un orgullo vuestras palabras...
ResponderEliminarMe enorgullece pensar que el reflejo de tus sentimientos nace de nuestro sentir común, que el renacer a la vida es la resulta de fusionarse el placer, el amor y el dolor por vivir y que mi caballero (ave fenix) con una lágrima suya cura las heridas de cuantos le rodean para continuar el camino... Te sigo queriendo.
ResponderEliminarToma poeta!!! Te quiero, besos!
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