Aquella mañana el sol dibujó media sonrisa
en los aledaños de la piel somnolienta
vacía de insomnios
aquella mañana amanecían recuerdos
en la memoria obsoleta del olvido
destilado de ausencias
aquella mañana llovían sudores de rutina
en los pliegues arrugados de la almohada
ajada de silencios
Olía el perfume de su pecho...
Aquella tarde regulgitaba rescoldos de miedo
en las tinieblas transparentes de sueños
aislados en la huida
aquella tarde hubo estampida entre las sábanas
de la alcoba empolvada de mentiras
decorando el hastío
aquella tarde sudaban lágrimas de lodo
en las cristalinas pupilas del destino
envejecido de esperas
Olía el perfume de su pelo...
Aquella noche feneció la última estrella
del firmamento crispado de las caderas
donde anidaba el deseo
aquella noche se pintaba los labios
con el humo del destierro
del hueco que te nombra
aquella noche sangraba la memoria
borbotones de afonía
en las arterias de sus recuerdos...
Olía el perfume de su cuerpo...
... aquella madrugada sólo olía el perfume a derrota...
De "Sentimientos de un extraño"
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
Duele en el alma tus palabras.
ResponderEliminarLa vida duele a veces, Elena, besos
ResponderEliminarsi no duele la vida (siempre)..nos dolerá la muerte?...abrazos.
ResponderEliminarLa muerte es una consecuencia de la vida, Fernando.. un abrazo
ResponderEliminarAl leer ..."el perfume a derrota", lo primero que he pensado es que la derrota debería apestar. SIn embargo, he cerrado los ojos y he evocado alguna derrota pasada. Y es cierto, trascurrido cierto tiempo, algunas derrotas dejan una estela de perfume.
ResponderEliminarMagnífico, Fran
Gracias, muchas gracias... un placer recibirte por aqui Distrahuida!
ResponderEliminarEn cada una de nuestras derrotas, sentimos ese frío gélido, acompañado de grises ni tan solo un matiz de color.
ResponderEliminarEs entonces cuando con un gesto sutil alzamos la mirada, sentimos una brisa, un perfume, una esencia que aleja la niebla que empaña la mirada. Y así ver esa media sonrisa dibujada en miles de lugares.
Pura poesía tus palabras, Mariah, es un lujo tenerte por aqui y más cuando comparto plenamente lo que dices
ResponderEliminarPerfume a derrota...no sé por qué, ese perfume es embriagador! Tus versos encantan mis sentidos...Un abrazo muuu' grande, querido Poeta!
ResponderEliminarMañana, tarde y noche para evocar el perfume de las emociones y una sola madrugada para percibir el olor de la derrota.
ResponderEliminarSiempre he pensado que los poemas mas bellos nacen de momentos extremos, este supongo que fué uno de ellos y el resultado este precioso poema.
Un beso Fran, otra vez enhorabuena
Joan, Ana, que maravilla teneros por aqui y que fuente de positividad vuestras palabras. Es un poema que nace de una mala época pero que quiere ser optimista, pese a la derrota, y hablar de perfume y no de hedores... Besos y abrazos...
ResponderEliminarAquella noche se pintaba los labios
ResponderEliminarcon el humo del destierro...
Un poema evocador, y tan real en cada uno de nosotros, precioso.
Feliz Noche Buena y un día especial para la Navidad, un abrazo
Misk
Gracias por tus palabras y tu visita, un abrazo muy grande, Misk, y felices fiestas!
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