Paseando
por
caminos de tierra,
alzando
el polvo
de
tantas huellas
olvidadas,
descubro
cada día
el
valor del tiempo
No
importa nada
cuando
nada es urgente,
salvo
la pausa
y
el sonido de la calma
entre
las sombras
de
unos árboles protectores
Es
entonces,
cuando
las saetas
de
las prisas enquistadas
se
ralentizan
y
se relativiza el tictac
de
la rutina
Y
saboreo
ese
minúsculo instante,
relamiendo
cada gota
de
su néctar,
esbozando
una sonrisa
en
las arrugas de mi piel,
y….
…
no importa nada,
salvo
ese sublime sosiego
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados
Hermoso descubrir el valor del tiempo y el sonido de la calma, las prisas se
ResponderEliminaratenúan disminuyendo la rutina.
Saboreas el pequeño instante relamiendo cada gota de su néctar, asoma una sonrisa
en las bellas arrugas de tu piel ...no tienen importancia...sólo esa sublime tranquilidad
que te embarga,...Precioso poema, ¡Eres grande! poeta, muchos besos.
Gracias, Kika, muchos besos!
EliminarLa pausa de este poema, amigo Fran, es contagiosa. Volveré a él cada vez que necesite ralentizar el día. Me gusta mucho este poema. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Marcos, un abrazo lleno de pausa!
EliminarMe encanta Fran !!!
ResponderEliminarLo tomaré prestado para mis 10 minutos de calma y relax diarios,
De desconexión de todo!!
Besos querido Poeta.
Gracias, Mary, mil besos!
EliminarDescubrir cada día el valor del tiempo...
ResponderEliminar¡Cuánta necesidad hay de ello! ...
Por qué iremos con tanta prisa hacia todo, si todo está ahí?... no se nos va a escapar, la vida y la muerte es paciente, tienen su momento ya definido.
GRACIAS ... por esta reflexión, por esta pausa tan necesaria.
Te sonrío con el Alma.
Gracias, DesdMiVentana, un placer recibirte y un orgullo tus palabras.
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