Un
ser humano,
con
la silueta profanada
por
restos enquistados
de
veladas que se fueron,
avanza
por las aceras
hacia
el zaguán
de
las leyendas dilapidadas,
vacilante
y asustado,
en
espera de descubrir
el
guión de su existencia
Un
ser humano,
que
derrochó su suerte
en
una partida
de
cartas,
entre
trampas y fracasos,
busca
revancha
ante
el tahúr de los sueños
prohibidos,
en los arrabales
de
la miseria, implorando
al
azar un gesto cómplice.
Un
ser humano,
cansado
y errante,
traspasa
las fronteras
de
sus sentidos,
aferrándose
al deseo
y
a su memoria,
hiriendo
su orgullo
de
lágrimas de realidad
y
amargura, mientras
sangran
sus recuerdos
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
Así somos los seres humanos cuando la vida, nos lleva por otros caminos, dejando en la memoria un pasado sin olvido,buscando la revancha de sueños perdidos, con lágrimas y amargura sangran los recuerdos. Precioso poema, besos, Fran.
ResponderEliminarGracias, Kika, un beso, un placer tenerte por aquí.
Eliminarinteligentes versos Fran,
ResponderEliminarsaludos para vos
Gracias, Omar, un abrazo!
EliminarEs verdad, Fran. Los recuerdos sangran. Y mucho.
ResponderEliminarUn abrazo, Lamia, gracias por tu visita
EliminarMuy triste.
ResponderEliminarPero me gusta porque inspira compasión al retratar lo sórdido sin disfrazarlo.
No hay ganadores
Esa es la idea, Belén, gracias por tu visita y tus palabras.
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