Brota
del álamo milenario,
aturdido
por el poniente,
un
hálito de hojas y escarcha.
Tañen
los anillos
del
xilema del tiempo,
pulsos
de savia y sordina.
En
el bosque,
a
las afueras de la urbe
y
el carbono,
el
ocaso se disfraza
de
pulmones y piel
Los
sonidos de la calma
crepitan
entre las flores,
y
el revoloteo nervioso
de
la naturaleza, agonizante
en
un tálamo de césped
y
tréboles huérfanos
de
abejas y mariposas,
farfulla
un estertor
y
una súplica.
El
neón y los disolventes
pueblan
las madrigueras
en
la ribera de un arroyuelo
de
alcohol y babas
Mientras,
la
corteza vetusta
de
los últimos álamos
se
desgaja, taladrada
por
larvas de silicona
y
muebles de diseño.
El
corazón verde
se
decolora en la intimidad
de
una desbrozadora
de
ilusiones…
La
fotosíntesis
produce
éxtasis
en
las pupilas del estrés
al
compás de la música
interrumpida
por sirenas
de
ponzoña y progreso
Se
extinguen
los
latidos ecológicos
entre
capas de ozono
y
vestidos de reciclaje…
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
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Buenísimo Poeta ;) Felicidades !!!
ResponderEliminarMolts Petonets
Gracias, Judith! Besos!
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