Cada mañana busca en
el espejo
una marca de un
cariño en el destierro,
un signo difuso de un
beso furtivo,
un silencio marcado
en las arrugas
de la piel de sus
recuerdos sin brillo,
el sabor en sus
labios de una batalla
con la brisa del
aliento de la locura
Cada mañana se pone
aquel vestido
que una vez sintió
las caricias del deseo
en los dedos de un
príncipe de azul desteñido,
se calza los zapatos
de tacón con destino a la aventura
para tocar con los
dedos las nubes de un cielo
cada vez más extraño
y ajeno en el confín de las dudas
y abrazarse a la
ausencia en el hueco de su sombra
Cada mañana sala a la
calle con la sonrisa en los labios
esbozada con
imperdibles de nostalgia y alambres de miedo,
pasea su orgullo por
los arrabales del silencio prohibido
anotando en las
arrugas de su piel los aromas a derrota
y los destellos sin rumbo
de las miradas del olvido
o se esconde en los zaguanes donde abandonó
sus ganas
de creer en los
duendes del jardín del edén de las hadas
Cada mañana se
ausenta de la habitación del desencanto
para adentrarse en
los parajes del balcón de los sueños
y pintar de colores
el blanco y negro de sus latidos,
levita por las
telarañas de la rutina salpicada de nostalgia
alternando ilusiones
con fracasos en las esquinas del tiempo,
se sumerge en las
profundidades del océano de la desidia
o corre a través de
los campos de la esperanza para huir de la espera
Cada mañana vuelve a
la habitación donde reside el espejo
y continua buscando
los retazos de un te quiero en su cuerpo
o la dulce moradura
del roce de unos labios en su cuello,
pero el silencio
sigue escondido en su piel entre las arrugas
de tantos recuerdos
perdidos en la antesala de los anhelos,
se relame la comisura
de los labios buscando el sabor enquistado
en el paladar sin
cielo de su boca donde ni la locura toma aliento
Cada mañana el espejo
refleja en su piel las arrugas de la soledad….
De "Con la vida a cuestas. Nuevas cuestas"
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
Finalmente aunque pase el tiempo no cambiamos tanto, seguimos buscando el unicornio azul, por si existe, tod@s los que no nos conformamos con éste más acá sabiendo que existe un más allá, que nada tiene que ver con la religiosidad sino con la espiritualidad que es mucho más importante y esencial.Bs
ResponderEliminarHermosa reflexión, Laura, un beso y gracias por tus palabras y tu visita
EliminarEs una aventura.
ResponderEliminarAgradable leerte.
Un abrazo.
Gracias, Kenit, es agradable ser leído por ti! Un abrazo!
ResponderEliminarCuando deje de buscar encontrará.
ResponderEliminarPrecioso escrito, un saludo.
Un saludo, lur, gracias por tu visita y tus palabras
ResponderEliminarse siente hasta doloroso,
ResponderEliminarsaludos
Un abrazo, Omar
Eliminar