En la mirada
lágrimas de ceniza,
en la mejilla
cicatrices de hastío,
en la sonrisa
sabor de olvidos,
en los labios
besos perdidos…
en las manos
huellas de ausencias,
en los brazos
abrazos sin nombre,
en la espalda
mochilas vacías,
en el cuello
hematomas de
herrumbre…
en el pecho
alientos de rutina,
en la garganta
un grito acallado,
en el estómago
hambre de caricias,
en la cintura
deseos derretidos…
en las piernas
varices de desencanto,
en las rodillas
marcas por costumbre,
en los tobillos
tatuajes de
silencios,
en los pies
huellas de
incertidumbre…
en la memoria
el pasado detenido,
en el corazón
latidos de
insolencia,
en la piel
rasguños de presente,
en las venas
borbotones de miedo….
y en su mirada
lágrimas que fueron
cenizas….
De "Con la vida a cuestas"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
Pero a pesar de todo, hay que mirar con esperanza el futuro.
ResponderEliminarUn abrazo
Pilar
Siempre con esperanza, Mª Pilar, un abrazo
EliminarHola, Fran.
ResponderEliminarFue agradable leer tu poema.
Un abrazo.
Hola, Kenit, lo agradable es recibirte por aquí, un abrazo!
EliminarTremenda, un placer leerte.
ResponderEliminarUn beso Fran.
Gracias, Musa, un placer tenerte por aquí, un beso.
EliminarMuy bonito Fran. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Milagros, un beso!
Eliminarcual un inventario poético
ResponderEliminarsaludos, me gustó
Me alegro, Omar, gracias por tu visita y tus palabras, un abrazo
EliminarSensaciones, todas envueltas en la nostalgia, melancolía y alguna esperanza entre la niebla,... Saludos :)
ResponderEliminarUn beso, Ly, gracias por tus palabras y tu visita
EliminarEs de esos poemas duros de esta "vida a cuestas", cuando sólo quedan lágrimas
ResponderEliminarUn beso Fran
Lágrimas que lubrican esas cuestas de la vida, Ana, un beso, gracias por tus palabras y tu cariño.
EliminarHay vidas que se tatúan en el cuerpo...
ResponderEliminarTodas, quizás.
Besos
Todas, Leni, gracias por tu visita y tus palabras. Besos
ResponderEliminarEsos son los posos que la vida nos deja. Ha sido un placer.
ResponderEliminarUn abrazo.
El placer ha sido mío, Antonio, un abrazo!
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