Me sumerjo apaciblemente
en
el océano de mis ensueños
para
perderme entre las olas
que
transitan el abismo
de
tu piel.
Me
abrazo al bálsamo
de
tu pecho candente
en
busca de ese beso
que
brota de la brisa
de
tus labios.
Respiro
entre balbuceos
tu
aliento en la comisura
de
mi nombre,
huérfano
de la risa
de
tu mirada.
Acaricio
el contorno
de
tu cuerpo desierto
de
cobardía,
esbozando
arrumacos
en los surcos de tu espalda.
Me
despierto exacerbado,
cautivo
en la almohada
del
tálamo de tu vientre
que
sofoca el cráter
embravecido
de mi deseo.
Cada
mañana
repudio
el nuevo amanecer
que
me aparta del recinto
de
tus caderas…
…
esperando la noche
…
y tu sueño.
"Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Fran Picón
Qué bonitos versos, sublimes, y atrapantes, me encantaron.
ResponderEliminarBesos.
¡Gracias, María! Un placer recibirte por aquí y una motivación añadida la que me provoca tu hermoso comentario. Besos.
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