Surca la habitación,
entumecida,
bosquejando su incertidumbre
en el titubeo de sus pasos,
una corriente recorre el aliento
del desasosiego,
entre sus meñiques
una desazón a flor de piel
apremia el latido
de los ojales
de su pecho
y,
tras la ventana,
se atenúa el tiempo
a golpes de neón
y prisas.
A oscuras
transita los cobijos
de su soledad,
en sus pupilas
se asfixia el reflejo
de un adiós,
una lágrima,
indefensa,
desciende la vertiente
de un beso
relegado
en su mejilla
y,
al otro lado
de la rutina
las saetas del recuerdo
tocan a retirada.
Mas en la habitación
del olvido,
sucumbe lánguidamente
una historia
sin dueño.
"Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Fran Picón
Fran, más bonito no puede ser a pesar de la tristeza ambulante!
ResponderEliminarTe dejo mis cariños para esta nueva semana y te me cuidas.
¡Gracias, Ani! Como siempre un placer y un lujo tu visita por mi universo personal en forma de poemas. Te mando besos y abrazos para esta semana y el deseo recíproco de que te cuides tú también.
ResponderEliminarLas historias sin dueño son un poco las historias de todos y de nadie.
ResponderEliminarMil besos.
Así es, Lucía, un placer recibirte por aquí y mi gratitud por tus palabras.
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