Caminan por las
aceras
sin rumbo
predestinado,
navegantes del
universo
de la soledad,
a veces elegida,
a veces impuesta,
pero siempre ausente.
Fuman exhalaciones
de carbono y derrota,
templan sus miedos
en chimeneas
de tubos de escape,
comparten gotas de
lluvia
con alientos de vino.
Duermen el sueño
de la intemperie,
perdidos
en el carrusel del
olvido
con sabor a resaca,
beben porciones de
fracaso
de otras gentes,
de otros tiempos.
Abandonados a su
suerte
sin conciencia
escrita
en su razón social,
huérfanos del hastío,
difuntos de un
destino
que les niega hasta
la muerte,
habitan las sombras
del cuerpo urbano
Almas sin techo, ni refugio, en manos del tiempo, huérfanos de una sociedad sin escrúpulos. Un poemazo Fran. Dios nos libre de estar en esas situaciones. Abrazos y feliz semana te deseo.
ResponderEliminar¡Gracias, Ani! Deseo recíproco. Abrazos y besos.
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