Grité
una noche
esperando
réplicas
en
el silencio
lóbrego
de la duermevela
y
me respondió
el
sueño del colapso
del
tiempo
que
se desvanece
cada
amanecida
Una
intrascendente
resaca
de almohada
y
sábanas
con
arrugas de vigilias
aturdía
mi
mirada perpleja
Grité
esa noche
un
lamento de furia
enquistada
de
rutinas y sinsabores
y
el eco de la indolencia
ensordeció
mi orgullo
Esa
alborada
huí
de la rebeldía
de
mi mocedad
para
amarrar mi temple
en
la decrépita
costumbre
de la lucidez
Y
mi grito se sofoca con la brisa de la edad
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Reservados todos los derechos en el Registro de la Propiedad Intelectual
En cada amanecida se van desvaneciendo etapas de vida que pasaron, solo han quedado resacas, en las arrugas de vigilias y lamentos, ensordeció tu orgullo,huyendo en el alba la rebeldía de tu mocedad.
ResponderEliminarTu grito se sofoca con la brisa de la edad,... precioso poema, Abrazo grande poeta. Me encanta que comiences una nueva etapa poética. Gracias querido amigo.
Gracias, Kika, un beso!
EliminarMe gusta mucho esa intrascendente resaca de almohada. Abrazos, amigo.
ResponderEliminarGracias, Marcos, un abrazo
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