I
En
la estantería,
palidecida
por el paso
superfluo
e inconmovible
de
la cotidianidad,
se
aturden el polvo
y
las escorias
del
olvido
El
plumero irreductible
del
tiempo inconexo,
de
saetas
displicentes,
espera
su momento
No
hay clemencia
para
las arrugas
de
la intemperie
en
la morada
del
insomnio
II
Partículas
de café
recorren
la mejilla
de
la espera
Polvo
de almíbar
en
la comisura
del
adiós
Agridulce
conmoción
En
la distancia,
subsiste,
el
aroma
del
prejuicio
III
Las
sombras
impregnan
los meandros
de
la ausencia,
en
un baile
de
fulgores y matices
Un
tímido rayo,
desertado
un anochecer,
asoma
desabrigado
en
la desnuda
habitación
La
soledad
se
escolta
de
vacíos y sigilos
De "Alambique de vestigios"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Inquietantes esos vacíos y esos sigilos. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Marcos!
EliminarEspejismos? ... A veces son realidades inconmesurables ...
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Cierto, un abrazo, Aris!
EliminarPolvo de almíbar
ResponderEliminaren la comisura
del adiós
-----La mente es tan prodigiosa que sin pensar lleva la mano
a escribir poesías que no alcanzan las palabras para
descifrar los sentires del poeta que desborda con su pluma.
Espejismos que muchas veces son reales, o se hacen realidad.
estos versos me encantaron Fran, beso enorme : Precioso poema.
kika.
Gracias, Kika, un beso!
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