El hombre rebelde que
fui
se aletarga entre las
sombras
de las edades
cumplidas,
de las historias
pasadas,
del silencio de
mentir,
de las mentiras del
tiempo,
de las arrugas del
miedo
de la rutina de
vivir.
El hombre valiente
que fui
se disipa entre las
sábanas
de los sueños sin
memoria,
de las cenizas
apagadas,
del querer llegar al
fin,
de las ruinas del
sexo
de las huidas sin
retos
del olvido que hay en
mi
El hombre sin dueño
que fui
se arrincona en las
esquinas
del dinero en la
cartera,
del hambre en las
miradas,
de las ganas de
sentir,
del sabor de tantos
besos,
del aroma del deseo,
de las caricias sin
ti
El hombre sencillo
que fui
se refugia en las
sonrisas
de los labios de
verdad,
de las batallas
ganadas,
de tu silueta de
perfil,
de la muerte entre
tus brazos,
de la vida entre tus
pechos,
de tenerte junto a mí
De "Con la vida a cuestas"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
me encanta todo el poema, pero hoy, resalto unos versos.
ResponderEliminar"El hombre sencillo que fui
se refugia en las sonrisas
de los labios de verdad"
Un beso, Fran, con mucho cariño!
Gracias, Sensaciones, un placer recibirte y un orgullo tus palabras
EliminarUno de mis preferidos de este "Con la vida a cuestas" Gracias por tus versos, amigo.
ResponderEliminarGracias a ti, amigo, poeta, Marcos!
Eliminar...y la vida pasa, inexorable, alimentando recuerdos que el otoño desdibuja, pero en nuestro presente, poso de experiencia, permanece la belleza de la realidad.
ResponderEliminarBello poema, como todos los tuyos, Fran
Un saludo
FINA
Gracias, Fina, un saludo!
EliminarMuy bueno!!!
ResponderEliminarUn bonito poema, donde el paso del tiempo puede ser visto con ternura.
Besos....
Gracias, Oriana, un beso!
Eliminar