Recojo de la guantera
el polvo del camino,
la pasta de dientes
de la sonrisa perdida,
un recorte de prensa
con un chisme del fracaso
y una tarjeta de un
comerciante de vinos y derrotas…
alcanzo el ojal de un
botón desteñido,
la aguja que nunca se
perdió en un pajar,
las llaves en el
fondo del mar de los olvidos
y el patio de mi casa
húmedo de llorar…
busco aquellas
miradas detrás del espejo,
el cielo en la boca
del metro que no llega,
la palma de la mano
que no encontró un aplauso
y un guiño que añoraba
entre tus pestañas…
miro hacia un
horizonte que ahora es vertical,
paseo por las caderas
de la muñeca que antecede a mis dedos,
entono una tonada que
desentona cada día
y me duermo en las
sabanas de la selva de los silencios…
sé que la lluvia es
un llanto que no encontró su dueño,
que en las tinieblas
se esconden los labios de la luna,
que tras el cristal
del miope se ocultan los miedos
y que en tu pecho anida el ruiseñor de la ternura…
De "Con la vida a cuestas"
Editorial Quadrivium
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados
Me quedo en el verso "el cielo de la boca del metro que no llega" y con esas metafóricas sabanas. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Marcos, un abrazo fuerte, poeta!
EliminarBellísimo!!! mis noches duermen en esas sabanas y adoro esa lluvia sin dueño.
ResponderEliminarBesos....
Besos, Oriana, gracias por tu visita y tus palabras!
EliminarSON MUY BONITOS,UN POCO TRISTES, COMO UN PASEO POR LA PIEL, TAL VEZ TODOS SINTAMOS ESO ALGUNA VEZ.eSCRIBES Y SIENTES MUY BIEN.
ResponderEliminarGracias, Mercedes, un placer recibirte por mi mundo poético.
ResponderEliminarmuy inspirado poema,
ResponderEliminarbien por ti
saludos
Gracias, Omar, un abrazo
EliminarPero al final, en su pecho anida el ruiseñor de la ternura.
ResponderEliminarUn abrazo
Pilar
Gracias, Mª Pilar un beso
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