escritas en los silencios
más profundos de tu intimidad,
a incienso imberbe
en el confín de tus labios,
al aroma de un sueño
desvestido de rubor y esperas
tu piel se injerta en cada poro
de las fronteras de mi esencia
a golpes de versos y saliva,
en los renglones insolentes
de las arrugas de mi pecho,
en las esquinas más recónditas
que pueblan mis aceras
tu piel se escama con los resquicios
de mi serenidad entrecortada,
escarifica con mi cintura
los taludes de tu vientre,
se convierte en sinestesia
entre los pliegues de un beso
tu piel me sabe a sonrisas...
De "Poemas Prohibidos"
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual
Dan ganas de vestirse con esa piel, que hace que se iluminen todos los días!
ResponderEliminarExiten las pieles poetas, y las pieles que el poeta convierte en poesía.
Gracias, Mayte, un beso enorme, poeta!
ResponderEliminarEstupendo, Fran. Un placer seguir leyéndote.
ResponderEliminarGracias, Marcos, un abrazo enorme!
ResponderEliminarBellísimo, Fran. Pero lo mejor: es bueno, muy bueno. Te lo podría razonar.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Besos, Laura, viniendo de ti es un auténtico orgullo
ResponderEliminarLa piel siempre tiene memoria y sonríe a la caricia y es desierto ante la ausencia. Bello poema y precioso lienzo para pintar un poema.
ResponderEliminarMe ha encantado Fran, es un poema estupendo
Un beso
Ana
Gracias, Ana, somos pura piel!
ResponderEliminarLa piel... ese órgano que casi nadie le dá la importancia que merece, se la olvida, ignora, sin embargo a través de ella sentimos, respiramos, regeneramos todo, morimos. Qué bien lo has descrito, sobre todo las sonrisas... ese sabor a ellas es el que nunca se olvida.
ResponderEliminarGracias poeta GRANDE!
Como la música, tu verso inundas el alma Franc, que bien dibujas el amor la piel es esencial es el choque sensorial más matemático químico y físico del amor
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