en la retina perturbada de la muerte,
percibir la ausencia de sonrisas
tras las tinieblas de un relámpago voraz,
el sabor de la desventura intercalada
con estertores impolutos de la Tierra.
Somos lobos insaciables de fortuna,
caníbales disfrazados de verdades,
usurpadores de otros cuerpos afligidos,
guerreros de batallas incoherentes
y abanderamos el dolor en las pupilas.
Me duelen los silencios
que adormecen los temores,
las derrotas en los campos insolentes
de la cólera incomprendida,
me dañan las esquirlas de una muerte
educada en las universidades de la huída.
Somos lobos ávidos de poder
y lo siento enormemente en mis entrañas,
pido clemencia por ser hombre en estos tiempos
y a los lobos, por la injuria, mis disculpas.
Inédito
Francisco J. Picón
Todos los derechos reservados
Maravilloso, un reclamo a la naturaleza que omitimos, y una vergüenza "apellidarse" humano, con las sociedades que construimos.
ResponderEliminarLa impotencia de ser vecinos de las rutinas disfrazadas de miedos inventados, y los miedos que nos hacen la zancadilla una y otra vez!!
Esta "loba", te roba un trocito para llevarlo a su muro, que hoy, aulla perdones (por las injurias), grita sentencias a su humanidad!!!
BESOS!
Un beso enorme, Mayte, gracias por tu visita y tus palabras
ResponderEliminarLa competencia establecida entre las personas por la vida que llevamos, nos han convertido en verdaderos depredadores, capaces de pisar a nuestros propios amigos con tal de obtener lo que deseamos, convirtiéndonos en animales peores que los lobos que solo matan para subsistir.
ResponderEliminarUn abrazo
Pilar
Por eso pido disculpas a los lobos, un placer recibirte por aquí de nuevo, Mª Pilar
ResponderEliminarCon perdón para los lobos, desde luego. Excelente Fran.
ResponderEliminarGracias, Marcos, un abrazo enorme!
ResponderEliminarEs una triste realidad este poema, es así esta vorágine de vida que vivimos, dejamos cadáveres en el camino sin darnos cuenta a veces otras somos nosotros los que quedamos malheridos y hasta muertos, con perdón a los lobos sí, el reino animal siempre es un ejemplo.
ResponderEliminarA mi me parece un buen poema, un beso muy grande Fran
Gracias por tus palabras, Ana, besos!
ResponderEliminarSomos lobos, de colmillos a la deriva.
ResponderEliminarCuando el morder por si acaso y de antemano, se convierte en un modo de vida.
¿Que nos faltó desde el origen, si en el origen siempre nos tuvimos a nosotros?
Y ahora sólo somos canibales defendiendo nuestras parcelas, en aras de un mundo artificial, mientras la tierra llora por nosotros.
Genial,Fran.
Me encanta.
Gran reflexión, Eusebio, un abrazo!
ResponderEliminarGracias por este poema desgarrado y que me desgarra como lectora. Hace reflexionar y conmueve.
ResponderEliminarUn bello poema, un grito profundo, casi un aullido.
Un abrazo
Un abrazo, Inés, es un poema salido de la rabia, gracias por tu visita1
ResponderEliminarEs maravilloso, Fran! Amo tus palabras, poeta de mi alma...Un abrazo muuu grande.
ResponderEliminar