En el cielo de su boca
amanecieron silencios,
en la caries de su aliento
un empaste de sonrisas
forzadas, una mueca
de hastío y un regusto
de miseria en su lengua
en el iris de sus ojos
un transtorno de pupilas
dibuja miradas vacías,
un reflejo invertido
en el espejo, una dioptría
de tristeza disimula
una lágrima sin dueño
en las palmas de las manos
anochecían las líneas,
entre los dedos caricias
huérfanas buscan
asilo en el cuerpo del delito
de sentir. Y en el dorso
un remite sin destino
en el cielo de su boca
un ocaso, un orto y una derrota,
en sus pupilas la ausencia
y en la retina la miseria
de la soledad no elegida...
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2010
2010
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